Hace meses se anunció la creación del reglamento de medio ambiente, que contenía un punto para regular los ruidos en la calle, desde el perifoneo, la música en los vehículos, los escapes abiertos de las motocicletas y la pirotecnia. Aunque ya está aprobado, no se ha publicado para su aplicación.
Al no existir un reglamento en vigor, y con el descuido de algunas dependencias, se permite el perifoneo a lo largo y ancho de la ciudad. Hay momentos en que se juntan hasta tres vehículos de perifoneo que suben el volumen para sobresalir uno del otro, lo que genera un martirio auditivo para los ciudadanos.
No hay espacio en donde no se escuche el anuncio de la feria, de un bar o una tienda de ropa, cuando de pronto se vuelve a escuchar la taquería o la presentación de algún artista y hasta la kermés venidera. Esto, sin importar que circulen frente a una zona habitacional, una iglesia, una escuela o un hospital.