Fomentar el deporte es uno de los proyectos de la actual administración, pero para ello el trabajo debe ser a fondo y sin distingo de espacios, hasta que todos estén en las mejores condiciones.
En el caso de las unidades deportivas, el trabajo ha sido desigual. La del Carmen, la Díaz Ordaz, la del parque lineal y la de Los Agaves muestran condiciones superiores a la unidad que corresponde al barrio más poblado de la ciudad, que es Mexiquito.
Ese espacio está abandonado, de no ser por el auditorio -que tampoco está en las mejores condiciones- que constantemente es utilizado para reuniones de programas gubernamentales.
La unidad cuenta con una cancha de fútbol rápido en abandono, sin uso real. Hay columpios que se están cayendo, pero lo más grave es que no están sostenidos más que con unas bolas de cemento en la parte inferior de los mismos. Hay un par de resbaladillas, además de una cancha de fútbol fuera de condiciones y otra más pequeña para niños.

En todo el espacio hay basura y un piso disparejo. En la entrada la banqueta está hundida casi medio metro, y tiene gradas improvisadas de ladrillos sueltos. Los baños y bodega están en tan mal estado que quienes van a la unidad deportiva tienen que usar los baños del auditorio, que permanece conectado hacia lo que debería ser la unidad deportiva.
Se ha anunciado que hay donaciones de terreno importantes para una ampliación de esta unidad, pero no basta con ampliarla, sino que requiere una remodelación a fondo y dotarla del equipamiento adecuado para que cumpla sus funciones como espacio para la reconstrucción del tejido social en este barrio tradicional de Arandas.
A más de 20 años de su creación, no ha recibido mejoras y ya parece un terreno abandonado, a diferencia del resto de espacios deportivos de la ciudad, sobre todo la Unidad Deportiva Díaz Ordaz.
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