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Testigo que muere: el lienzo charro municipal

Lienzo charro municipal

La historia de Arandas se va borrando al paso del tiempo, aunque con recuerdos que quedan vivos, porque a cuántos arandenses no les quedó tatuado el espectáculo presentado en el lienzo charro municipal, cuando estaba sin poblarse la hoy conocida colonia del Rosario.

Cuando el señor Liborio Martínez Velázquez era presidente se construyó este lienzo charro polifacético, que dejó grandes recuerdos no solo de las fiestas de enero sino de muchas otras festividades y hasta eventos religiosos. Todavía en 2012 alojó eventos, para luego dejarse en el olvido y desde entonces estar prácticamente abandonado.

Es un patrimonio de los arandenses que persiste, pero ya no tiene uso público, pues fue prestado a un particular sin tener un contrato de comodato y desde hace muchos años nadie se ha preocupado por devolver ese patrimonio a los arandenses.

Ahí quedaron escritas algunas páginas importantes de la historia de Arandas; grandes corridas de toros como la presentación del niño prodigio del toreo Julián López Escobar “el Juli”, o del maestro del rejoneo Pablo Hermoso de Mendoza, y más toreros que llenaron páginas de oro de la fiesta brava en Arandas.

Ese lienzo charro que hoy no tiene ni la mínima forma para ser usado nuevamente albergó a varios artistas; las famosas charlotadas, jaripeos y algunos eventos religiosos que se llenaban hasta el tope.

Era un digno espacio de esparcimiento, pero todo eso ha quedado en el olvido. Hoy simplemente son corraletas viejas y tribunas a punto de derrumbarse, pero sigue siendo más de una hectárea de terreno propicio para alguna construcción en beneficio de los arandenses.

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