Juan Pablo Camacho Vivanco, regidor del Ayuntamiento de Arandas, expresó su opinión sobre los movimientos de comerciantes ubicados en la plazoleta Fidela Ascencio.
“Tenemos que ver la importancia de terminar nuestra girola, aparte de que es una joya y es un monumento emblemático para nuestro municipio, tenemos que darnos cuenta de lo que tenemos para ofrecer nosotros como arandenses a los turistas. El principal atractivo son nuestro templo, nuestra campana y nuestra industria tequilera y paisajes agaveros, pero en el punto número uno yo pondría de manera personal el templo de San José. Es increíble que en estos años no esté terminado, de verdad el día que esté terminado Arandas va a ser punta de lanza en la región para invitar a sus turistas y tener algo más que ofrecerles; eso a su vez dejará una gran derrama económica. Tenemos que cuidar nosotros que el comercio que toda la vida ha estado en esa plazoleta siga funcionando; quizá cerrar esa calle de retorno, yo sugeriría que en ese retorno pusiéramos temporalmente a los locatarios bien ubicados y bien organizados y en el futuro pensar en darles uniformidad a todos”, acotó.
-La propia constitución dice que las plazas son para el esparcimiento de los ciudadanos, no para el comercio. Los comerciantes creen que el ayuntamiento tiene una obligación de reubicarlos, ¿usted lo cree así?
-De ellos dependen familias, dependen proveedores, creo que nosotros sí tenemos que velar por ellos en la medida de lo posible. No podemos nosotros utilizar recurso público para un fin de esos, porque podríamos incluso incurrir en un desvío de recursos, pero hay maneras de que los gobiernos los apoyen para que puedan seguir trabajando. Tan es así que ellos cuentan con su servicio municipal desde años atrás para vender sus productos y nos pagan un impuesto al municipio.
-Algunos comerciantes, cuando supieron de la futura obra, decidieron rentar un local. ¿Qué sería lo idóneo en este caso?
-Lo ideal, que no pasa, es que hubiera desocupados en la zona de alrededor del templo 20 o 30 locales en renta y que cada comerciante pudiera en su momento rentar algún local para que fuera ya un negocio establecido, y así ellos ya también no estuvieran a la buena de Dios como puede decirse coloquialmente. Sabemos que no es fácil, que eso te genera un gasto y que no existen los locales para rentarlos, pero no porque no exista un lugar adecuado los tenemos que dejar a ellos. Han desempeñado su labor durante años, por eso creo yo que debe el ayuntamiento ver la manera de ayudarles en la medida de lo posible, nunca violentando la ley.